jueves, 28 de octubre de 2010

¿Por qué Dios no me responde? Mtra. Rosario Alfaro Martínez

¿Qué pasa cuando nuestras oraciones no son escuchadas? ¿A caso Dios se olvida de nosotros? ¿Hemos pecado y por eso no somos dignos de que nos responda? ¿O Dios es un ser malvado que se complace en nuestro dolor?


Hay ocasiones en las cuales pareciera que nuestras oraciones no son escuchadas, incluso muchos de nosotros llegamos a dejar de lado nuestras oraciones porque sentimos que Dios no nos responde, y que por el contrario mientras más pedimos una cosa menos la obtendremos.

Tenemos que recordar que la oración no es una fórmula mágica para conseguir lo que nosotros pensamos que necesitamos, sino que es una manera de someter nuestra vida a la voluntad de Dios, es ir a encontrarnos con Él. Pero partiendo de la idea, de que las mejores cosas que nosotros podamos desear para nosotros mismos, no se comparan con las cosas buenas que Dios quiere darnos, el Señor dice en su palabra:

"Que bien me sé los pensamientos que pienso sobre ti, pensamientos de paz y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza”.

Jeremías 29, 11

Dios quiere darnos lo mejor, pero el tiempo de Dios no es nuestro tiempo, y algo que pedimos, puede ser que no sea el momento para que lo recibamos, o que Dios quiera darnos algo mejor por difícil que esto parezca, por ejemplo, cuando alguien padece una enfermedad terminal, probablemente pida a Dios la salud, y tal vez sienta que Dios no lo escucha, pero no es así, lo más seguro es que Dios quiera darle algo mucho mejor que la salud física, que quiera enseñarle más sobre el perdón, sobre el amor, sobre la misericordia, sobre su vida misma.

¿Esto significa que no tenemos que pedirle a Dios nada porque Él sabe lo que necesitamos?, No, a Dios le gusta que le pidamos, Él dice:

“Me invocarás y vendrás a rogarme y Yo te escucharé, Me buscarás y me encontrarás, cuando me busques de todo corazón, me dejaré encontrar por ti”.

Jeremías 29, 12-14


Algunos creen que cuando no reciben la respuesta a sus oraciones es porque tienen algún pecado oculto por el cual Dios no les responde; puede que haya casos en que así sea, pero no podemos generalizar, hay ocasiones en las cuales no tenemos un pecado, y no sentimos que seamos escuchados, sin embargo, hay que confiar en que Dios dice:

“Llámame y te responderé te mostraré cosas grandes y secretas que tú desconoces”.

Jeremías 33, 3


La mejor manera de confirmar esto, es haciendo la prueba.

“Confía en el Señor y obra el bien, disfruta pensando en el Señor y te dará lo que pida tu corazón. Encomienda tu vida al Señor, confía en Él, que actuará”.

Salmos 37, 3-5



“Ven y verás que bueno es el Señor, dichoso el hombre que se acoge a Él”

Salmo 34, 9

¡Vamos haz la prueba y verás que bueno es el Señor!


Fuente: Almas

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