domingo, 28 de noviembre de 2010

Oración para comenzar a Estudiar (Sto Tomas de Aquino)

Oh inefable Creador nuestro, altísimo principio y fuente verdadera de luz y sabiduría, dígnate infundir el rayo de tu claridad sobre las tinieblas de mi inteligencia, removiendo la doble oscuridad con la que nací: la del pecado y la ignorancia!

¡Tu, que haces elocuentes las lenguas de los pequeños, instruye la mía, e infunde en mis labios la gracia de tu bendición! Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para atender, sutileza para interpretar y gracia abundante para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.
¡Oh Señor! Dios y hombre verdadero, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén

jueves, 25 de noviembre de 2010

Oracion del estudiante

Señor, recuérdame con frecuencia,
la obligación que tengo de estudiar.
Hazme responsable:
Que santifique mi trabajo de estudiante.
Que prepare bien mi misión en la vida.
Que sepa agradecer el privilegio de poder estudiar.
Que me capacite a conciencia. Que haga rendir mi juventud.
Que haga una buena sementera en mi inteligencia -
Dame humildad para echarme en cara la negligencia con que cumplo a
veces mis tareas.
Dame valentía y constancia para aprovechar todos los instantes en e1
estudio.
Enséñame a estudiar con método, a leer con reflexión, a consultar a
los que saben más para, el día de mañana, ser útil a mis hermanos y
un verdadero dirigente de la humanidad.
Amén.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Papa Benedicto XVI no cambió enseñanza de la Iglesia sobre preservativos

En el libro-entrevista con el periodista Peter Sewald titulado “Luz del Mundo”, que será presentado en el Vaticano este martes 23 de noviembre, el Papa Benedicto XVI señala que elpreservativo no es el modo verdadero ni adecuado para vencer al SIDA, sino la humanización de la sexualidad.

En un extracto del libro que lleva como subtítulo “El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos”, dado a conocer ayer por L’Osservatore Romano y presentado erróneamente por diversos medios de comunicación como la “aceptación del condón por parte del Papa”, el Santo Padre reitera lo que dijo en su viaje a África en 2009: el camino para vencer el SIDA no es el preservativo, sino la humanización de la sexualidad.

Benedicto XVI señala que “concentrarse sólo en el profiláctico quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa la peligrosa razón por la cual tantas y tantas personas en la sexualidad no ven más la expresión de su amor, sino una especie de droga, que se suministran consigo mismos”.

Por ello, precisa, “también la lucha contra la banalización de la sexualidad es gran parte del esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad”.

El Papa usa luego el ejemplo de una prostituta que usa un preservativo y lo presenta como un primer paso hacia la moralización. En tal caso, afirma, este uso podría considerarse como su primer paso de responsabilidad para “desarrollar de nuevo la conciencia del hecho de que no todo está permitido y que no se puede hacer todo lo que uno quiere. Sin embargo, este no es el modo verdadero y adecuado para vencer la infección del HIV. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad”.

Reitera posición de la Iglesia

Lo dicho por Benedicto XVI en este libro refuerza lo ya expresado por él en su viaje a Camerún y Angola en 2009, que le valió duras críticas y que fue dado a conocer por un sector de la prensa de manera sesgada. El Santo Padre explicó que “no se puede superar este problema del SIDA solo con slogans publicitarios. Si no existe el ánimo, si los africanos no se ayudan, no se puede resolver el flagelo con la distribución de preservativos: al contrario, el riesgo que se corre es el de aumentar el problema".

En la entrevista que dio durante el vuelo a Camerún en marzo de 2009 al ser preguntado por la labor de la Iglesia en la lucha contra el SIDA, bastante extensa en todo el mundo especialmente en África, el Papa dijo que el camino para enfrentar esta enfermedad “puede encontrarse solamente en un doble esfuerzo: el primero consiste en una humanización de la sexualidad, es decir una renovación espiritual y humana que lleve consigo un nuevo modo de comportarse el uno con el otro”.

El segundo paso que propuso para esta tarea es el de “una verdadera amistad también y sobre todo con los que sufren, la disponibilidad, también con sacrificios, con renuncias personales, para estar con los sufrientes".

Abusos sexuales y otros temas

En los extractos presentados por L’Osservatore Romano, el Papa se refiere al judaísmo, la relación el Islam, y otros temas como la cobertura de la prensa sobre los abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero. Benedicto XVI advierte que en muchos casos esto se ha usado como una forma de desacreditar a la Iglesia en vez de investigar buscando la verdad.

El Santo Padre explica además que la Iglesia no puede ordenar mujeres al sacerdocio. Sin embargo, precisa, el lugar de las mujeres en Ella es fundamental y esto puede observarse en la importancia de la Virgen María, Madre de Dios y la Iglesia, y en testimonios de santidad como el de la Beata Teresa de Calcuta.

El Papa Benedicto XVI se describe a sí mismo como un mendigo que confía en su amistad con el Señor, la Virgen los santos para vivir su vocación. Su vida sin la alegría cristiana sería insoportable, afirma

Fuente: Aci Prensa

viernes, 19 de noviembre de 2010

El arrogante no es capaz de acoger una crítica

Un buen relacionamiento no se crea sólo con actitud de chequear una lista de procedimientos en el manual de instrucciones o seguir algunas recetas dejadas por los que nos preceden. Es claro que la vivencia de los de más edad será válida como punto de referencia para los que todavía están aprendiendo el arte de convivir.

En nuestras convivencias, no todo lo que fue un procedimiento para una persona, necesariamente, será aplicable como una “receta de éxito” para otra. Quiere decir que, cuando preparamos algo, siguiendo una receta, el resultado puede hasta ser satisfactorio, pero, sin duda, tiende a quedar mejor cuando intentamos “personalizar” el plato; ya sea en el condimento o en la cantidad de azúcar. De la misma manera en nuestros relacionamientos habrá necesidad de aplicar en las experiencias y en las enseñanzas adquiridas un poco de lo que somos y que deseamos para nuestra vida, semejante a lo que hacemos con las recetas culinarias.

Todos nosotros traemos cualidades y defectos. Y dentro de nosotros convivimos así con el celo y la mentira, los cuales ya fueron comentados en otros artículos, la arrogancia también causa desconfianza entre las personas.

Entendemos que el diálogo es el puente que nos hace romper las barreras, las cuales, de vez en cuando, surgen a lo largo de las convivencias. El contenido y la apertura al diálogo se tornarán ineficaces si la arrogancia amordaza nuestra actitud de acoger los cambios necesarios para vivir mejor. Las personas que afirman en los hechos de la arrogancia acaban por desarrollar un comportamiento autoritario; viven en el egocentrismo como si todos los demás existieran solamente para servirles.

El arrogante no es capaz de acoger una crítica, por más que este sea para ayudarlo en su manera de ser y actuar. Y para defenderse de cualquier comentario no dudará en responder con groserías. Sin mencionar la posibilidad de reaccionar con un comportamiento violento. Ciertamente, alguien que reacciona de esta forma tiene como característica pocos amigos.

Muchas veces, esas personas solamente mantienen “buenas relaciones” con los que son incapaces de contestar sus deleites, infelizmente, estas tales se sienten en el derecho de restringir los derechos del otro, hasta en su libertad de expresión.

Si en una huerta nos preocupamos por arrancar las hierbas dañinas entre las hortalizas, por otro lado, ¿por qué dejamos florecer nuestros defectos justamente entre las personas que queremos?

Para quien vive ese mal y desea llevar adelante un relacionamiento, - sea en la amistad o en el noviazgo -, la ayuda puede estar en las orientaciones de un profesional, que le ayudarán en los cambios de las actitudes consideradas normales por esta persona. Porque, ¿a quién le gusta vivir o relacionarse con alguien que no aprendió a escuchar o insiste en preservar sus defectos?

La receta de un relacionamiento sano y equilibrado tiene origen en la familia y se desarrolla a lo largo de nuestra vida por medio de la convivencia, en las amistades, la escuela, el trabajo, el noviazgo, entre otros. Nadie es mejor que el otro por más que este ocupe una función jerárquica superior o si se manifiesta con mayor capacidad intelectual. Antes, es interesante buscar cada vez más, actitudes de cordialidad y simpatía con aquellos con los que convivimos si dejamos que nuestros relacionamientos sean siempre duraderos.
Un abrazo.

Dado Moura
Comunidad Canción Nueva

Fuente: Cancion Nueva

jueves, 18 de noviembre de 2010

Juventud, un estado de espíritu

Fuimos creados para ser felices

La juventud, es realmente, un estado de espíritu. Recuerdo mi infancia, cuando, a partir de los siete años, diariamente, al ayudar en laSanta Misa, en el Santuario de San Antonio, escuchaba a los ancianos frailes franciscanos, al pie del altar, pronuncianado “Itroibo ad altare Dei, ad Deum qui laetificat iuventutem meam” ” Yo iré al altar de Dios, al Dios que de alegría de mi juventud”. Juventud de setenta, ochenta, noventa años.

¡Dios nos creó, nos dio la vida! ¡Dones maravillosos! Cada uno de nosotros tiene su historia de origen. Y sobre la aceptación real de esa historia es que debemos construir nuestra felicidad. Fuimos creados para ser felices. Tal vez no estemos percibiendo plenamente el amor de Dios por nosotros al crearnos y al crear para nosotros todo lo que existe. El Papa Juan Pablo VI, al presentir la cercana muerte, exclamó: ” ¡Oh, superficialidad imperdonable!¡ No haber percibido la belleza de todo lo que Dios creó para mi, por amor!” Y pide al Señorperdón por considerar ese sentimiento un pecado. “¡Oh, la belleza siempre antigua y siempre nueva, cuan tarde te ame!” (San Agustín)

Realmente, la belleza de la vida, del arte, de todo lo que Dios creó es reflejo suyo. El todopoderoso es la belleza absoluta, de la cual deriva y participa toda bellezacreada. A propósito de arte, el Papa Juan Pablo II, en la Carta a los Artistas, por ocasión del Año Santo, afirmo que la belleza es esencial para la evangelización.

Dios nos creó para sí, y debemos estar sintonizados con Él por la oración formal, por la contemplación de la naturaleza, por el cultivo de arte, por la comunicación con nuestros hermanos. Si hacemos así, estaremos veinticuatro horas por día sintonizados con el Señor, viviendo, cada momento presente, sin preocuparnos con el momento siguiente, sin estrés ni depresión.

Es de esa forma, que un día, por la gracia de Dios Padre, tomaré posesión de la morada a la cual Jesús se refiere en el Evangelio: “No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino”(Jn 14; 1-4 )

Mons. Lelis Lara
Obispo emérito de Itabira - Cel. Fabriciano - Brasil

Fuente: Canción Nueva

Miedo ¿por qué?

Coraje no significa ausencia de miedo

¿Quién nunca ha sentido miedo, algún día en la vida?

Cuando somos niños generalmente tenemos miedo de la oscuridad. Ya en la adolescencia, sentimos miedos y expresamos la timidez, que no traemos cuando estamos fuera de nuestro círculo de amigos. En la juventud, viene la inseguridad sobre el futuro, de los desafíos de la vida, de las inseguridad del trabajo, en la afectividad. En la edad adulta tenemos miedo de no ser acepto, de la soledad, de la vejez, la enfermedad, de la muerte y muchas otras cosas. Es decir en cualquier etapa de la vida, tenemos siempre la compañía de este sentimiento fuerte que nos lleva donde nunca imaginamos que iríamos. “Porque , vivir ya es correr el riesgo”… dice el poeta.

Pero, ¿qué hacer con el miedo? ¿Cómo eliminarlo para que tengamos la coraje de enfrentar los riesgos, de correr el peligro y vencer en la vida? Esta puede ser tu pregunta, como ya ha sido la miá, hasta que descubría lo que comparto: ¡No debemos eliminar el miedo!

El escritor y promotor del marketing Paulo Angelim aconseja: “ Desconfia de todas las veces que estés a punto de tomar una gran decisión, y no sientas ningún miedo en tomarla”

Y explicó porque: “Sin miedo, la fuerza que te empuja spor encima del peligro no sería el coraje, y sin la temeridad que significa osadía excesiva o imprudencia. Eso es insensatez. El miedo es un estado afectivo, es un sentimiento. Cuando lo sentimos, es porque pensamos. Y eso es bueno, porque el miedo no se da porque existe amenaza, o riesgo, sino que dudamos de estar o no adecuadamente preparados para combatir o asumir las consecuencias que elegimos. Eso es prudencia. Entonces llegamos al punto : Prudencia. Tienes que saber que el miedo es componente integral de los que son prudentes. Prudente es el cauteloso, sensato. Y si tener prudencia es una virtud, y si prudencia es consecuencia del miedo, vive el miedo, no puedes eliminarlo”

¡Comprendo que debemos ser osados y prudentes! Es decir, alguien que toma decisiones, avanza sobre los riesgos, pero consciente y preparado para enfrentar las consecuencias.

¡Es necesario coraje! Sin embargo, ya hemos aprendido que coraje no significa ausencia de miedo, sino la firmeza para enfrentar el peligro a pesar de los sentimientos.

Así que, si tú sientes miedo en el momento de decidir, ten también el coraje de arriesgar y, recuerda que el propio Dios a través de su Palabra nos llama a confiar y actuar: “Él que confía en el Señor es como el monte de Sión, nada le puede tambalear, porque es firme para siempre”.

Lo mejor es hacer las paces con el miedo y sacar un buen provecho de la inspiración que este sentimiento nos trae. ¡Que Dios nos ayude!

Dijanira Silva

Fuente: Comunidad Canción Nueva

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Amar en 45º

Ana, una niña de una parroquia malagueña, nos cuenta una historia amar a 45ºapasionante de personas que descubren el sentido de su vida hablando a Dios de los hombres y a los hombres de Dios. Con el intrigante título de “Amar a 45 grados”, se trata de la primera incursión en el mundo de la animación del dibujante Patxi Velasco, en colaboración con su gran amigo Poe.
El cuento es una producción de Diócesis TV, la emisora de televisión digital de la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación Social del Obispado de Málaga.

Esta obra audiovisual es fruto de la reflexión llevada a cabo a lo largo del pasado año sacerdotal y pretende ser un agradecimiento a tantos sacerdotes que “han sido, son y seguirán siendo Evangelios vivos con pies de curas”, en referencia a la famosa frase del que fuera obispo de Málaga, el beato Manuel González.



martes, 16 de noviembre de 2010

Noches Traicioneras - P. Marcelo Rossi

La enfermedad más peligrosa: La Tibieza

La tibieza se considera la enfermedad más peligrosa de la vida espiritual. Por supuesto, esta enfermedad solamente se puede dar en personas que han buscado en algún momento, con sinceridad, el crecimiento y la santidad.




El Nuevo Testamento se pronuncia con claridad acerca de la mediocridad: "Conozco bien tus obras, que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Mas por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, estoy para vomitarte de mi boca; porque estás diciendo: Yo soy rico y hacendado, y de nada tengo falta; y no conoces que eres un desdichado miserable, y pobre, y ciego, y desnudo.” (Apoc. 2, 15-17).

La tibieza se caracteriza por la aridez del espíritu frente a las cosas de Dios. En la dirección espiritual conviene saber distinguir entre este tipo de aridez y la sequedad permitida a veces por Dios: la llamada aridez pasiva, la noche de los sentidos; esos momentos previstos por Dios nuestro Señor, para ayudar a madurar a una persona. Al quitarle el sentimiento, le cuestan más las cosas de la vida espiritual. Se trata de una aridez totalmente distinta a la tratada en este apartado.

La tibieza es una aridez culpable, como quien estando en un cuarto donde hace mucho frío y teniendo un fuego en la chimenea, no se acerca a él. Siente el frío, pero no tiene el ánimo ni el coraje para acercarse al calentador.

Quien recibe más, habrá de dar cuenta de más. Esto se convierte en algo tremendo para tantas vidas que teniendo todo para ser buenas, han naufragado en la tibieza: "No mato, no robo, no hago nada malo; me comporto mejor que mucha gente, no dejo de ir a Misa los domingos". Bien, pero ¿y lo bueno que dejaste de hacer? ¿Los pecados de omisión?.


Veamos los síntomas y signos de la tibieza para no dejarlos crecer en nuestros dirigidos:


1) El desaliento.


La tibieza no se da de un día para otro; en forma paulatina se apodera de la voluntad hasta hacerla caer en un estado de terrible indiferencia. Ordinariamente antes de caer en la tibieza se cae en el desaliento.

El desaliento es el enemigo más terrible después del pecado mortal. Es señal clara de desaliento el consentir en la idea de que la santidad no está hecha para nosotros. Desisten de la lucha los cobardes y perezosos, los que se han buscado en los principios de su conversión creyendo que buscaban a Jesucristo. Estas almas cuando recuerdan su conversión, el entusiasmo con que trabajaban para corregir sus defectos, los primeros años de lucha para adquirir las virtudes y ven que no han realizado el programa trazado, creen estar derrotadas y encontrarse con las manos vacías... se auto-convencen de que no han nacido para santos.


2) La relajación de espíritu.


El espíritu se relaja y todo le da igual; antes le ilusionaban muchas cosas, y ahora ya no. Pierde valor todo cuanto se apreció anteriormente. La persona recibe una influencia continua de conductas inspiradas en modelos mundanos, ideas novedosas que invitan a tomar actitudes y comportamientos alejados del ideal cristiano. El joven y el adulto vanidosos y hambrientos de notoriedad, se convierten, especialmente, en presas fáciles de este letargo o conformismo, llevándolos, tarde o temprano, a la tibieza.


El conformismo se produce cuando, al margen de las exigencias de la propia identidad cristiana, el individuo se conforma con valores, actitudes y comportamientos del mundo y del medio ambiente. Entre las posibles clases de conformismo podemos distinguir el conformismo de las costumbres y el de las ideas.


Ante los valores espirituales, sobretodo ante un valor fundamental como la oración, se pierde el interés. Se convierte en algo aburrido, pesado, en una pérdida de tiempo. Se la pospone para dar prioridad a otras actividades presentadas como más atractivas.



3) La necesidad de satisfacciones inferiores.


Cuanto acostumbraba a hacer como cristiana o como religiosa, le aburre, le cansa. Siente un gran disgusto al hacer las cosas que anteriormente le llenaban de satisfacción: la oración, el apostolado, las buenas obras, el cumplimiento de los deberes del propio estado; de repente le empiezan a llamar mucho más la atención las amistades frívolas, la diversión, la televisión, la práctica exagerada de un determinado deporte.... Empieza a claudicar y cambia sus valores por otros menos valiosos.



4) Una visión práctica, utilitaria y activista de la vida.


Se pierde el sentido de la generosidad y se afronta la vida con una visión utilitaria y práctica: sólo vale lo que reporta ganancia, comodidad, placer o satisfacción.


A veces el activismo puede aparecer como un síntoma de tibieza espiritual; un activismo motivado mucho más por la vanidad, por el deseo de sobresalir, que por una verdadera pureza de intención.

Cuando la persona consagrada no vive por convicción interna si no por miedo a defraudar la imagen proyectada por otros en ella; cuando se hace los deberes ya sea dentro de la comunidad, o en el apostolado sólo por ganarse la estima de alguien, o para no ser menos que otro, o por la pura vanidad de hacer las cosas bien; cuando el valor y la convicción personal son deficientes y se quebranta fácilmente ante la presencia de los demás, la persona actúa por respeto humano, por el qué dirán.


El respeto humano es una guillotina de santos... Es tan sutil este vicio, que se mete en nuestras obras en cada momento, nos hace buscar el aplauso de los hombres, nos hace trabajar buscando la complacencia de nuestros directores o compañeros y a veces de una persona cualquiera que ni siquiera nos interesa... este respeto humano nos hace obrar por un «qué dirán», por una complacencia pasajera, arrebatando la verdadera santidad, que consiste en el amor auténtico a Jesucristo. Conocida la astucia envenenada y criminal de este vicio, ¡cómo sentimos su repugnancia y cómo debemos decidirnos a encaminar siempre en la sinceridad y en la rectitud nuestra vida ordinaria!... El respeto humano es además un asesino de la virtud. Cuántas obras buenas, cuántos ejemplos de virtud, cuántas acciones apostólicas se han dejado de hacer en el mundo por el maldito respeto humano. Este vicio roba la virtud, la traiciona, la asesina; si no se le combate con energía y valor conduce infaliblemente a la cobardía en la virtud.



5) El horror al sacrificio.


En las vidas tibias automáticamente queda fuera el espíritu de sacrificio. Cuanto implique sacrificio, renuncia, esfuerzo, lucha, queda descartado.



6) Se acepta el pecado venial deliberado.


El alma tibia acepta el pecado venial con toda tranquilidad; conoce su maldad, pero como no llega a ser pecado mortal, vive con una paz aparente, considerándose buen cristiana, buena religiosa, sin darse cuenta de la peligrosidad de tal conducta: el pecado venial deliberado puede ser para él, el detonante de pecados mortales graves.


De ahí (de la tibieza) nacen muchos pecados veniales deliberados, de los que apenas nos dolemos, porque poco a poco se van extinguiendo la luz del juicio y la delicadeza de la conciencia; vívese realmente en habitual disipación y se hacen muy a la ligera los exámenes de conciencia. Con eso va amortiguándose el horror al pecado mortal, van siendo más raras las gracias divinas, y aprovéchase menos de ellas el alma.


Ya comentamos cómo no se puede caer en la tibieza de un día para otro. La tibieza empieza con una cierta relajación. No se deja la oración en un solo instante, primero se empieza por acortar el tiempo dedicado a ella, luego, la atención al hacerla, la preparación, la pureza de intención, etc. En esto radica el problema principal de la tibieza: se vive con una tranquilidad aparente, no se hace nada para salir de ella. La tibieza se convierte así en un proceso en donde la conciencia se va apagando poco a poco hasta llegar al punto donde ya no reclama, donde todo lo justifica, donde ya sólo se ve la propia conveniencia.


a) Definición de la tibieza.


Se podría definir la tibieza como: "una carencia del fervor en el amor. Al comenzar se amaba, pero ese amor ha decaído. Algo similar sucede en algunos matrimonios. Al principio sienten un gran amor o por lo menos creen que es un gran amor; con el tiempo, ese fervor decae, haciendo reinar, en el interior de la vida de la pareja, la tibieza, y terminando ésta por apagar el amor.


La tibieza consiste, pues, en un relajamiento espiritual; frena las energías de la voluntad, inspira horror al esfuerzo y retarda pesadamente los movimientos del vivir cristiano. Se le ha clasificado como una forma de desidia espiritual, de pereza espiritual.


La tibieza no está en esas almas que, por sorpresa, cometen algunas faltas o imperfecciones y en seguida se humillan y reaccionan; esto es miseria humana. Sino más bien estriba en esos estados de indiferencia ante el bien. Tibios son los que pierden toda sensibilidad espiritual y adolecen de posibilidades para reaccionar contra el mal o la imperfección, viviendo en ella con la tranquilidad y gusto con que viven los peces en el agua.


¿Por qué nace la tibieza? Por la falta de constancia en el amor. Muchos autores han comparado la vida espiritual a un río con mucha corriente de agua. Si la persona desea cruzarlo, deberá nadar constantemente, aunque ello le implique esfuerzo y sacrificio. Si se deja de nadar, aunque sea un momento, habrá un retroceso; la corriente lo llevará hacia atrás, quién sabe hasta dónde. Así sucede en la vida espiritual; por la falta de constancia en el amor, en la lucha, en la oración, en el apostolado, se cae fácilmente en la tibieza espiritual.


A estas catástrofes interiores ¿se llega de improviso?. No. Son muy raros tales casos y en ellos quedan muchas reservas de renovación inmediata. No. Todo ha comenzado imperceptiblemente, sin darle casi importancia, por detalles mínimos, y así, poco a poco, se va llegando a estados que comprometen la misma salvación eterna. Almas que fueron llamadas por Dios a un grado de santidad, a una donación generosa; almas que en un principio se entregaron sin reservas, pero que abandonaron la lucha por la perfección y fueron cayendo, poco a poco, en estados de tibieza y de pecado, hasta formarse un hábito. Y las he visto acercarse a mí, trituradas internamente; y las he visto marcharse, arrastrando su vida de caída en caída, mientras yo me quedaba con el corazón agobiado, pidiendo a Dios nuestro Señor por ellas.



b) Remedios contra la tibieza.


Salir de un estado de tibieza resulta tremendamente difícil.


Este consejo puede ayudar: Hay que emprender el camino auténtico, ahora doblemente difícil, pues la conciencia no ha sido lacerada en vano: el camino de la conversión, de la superación, de la perfección. Habrá que desandar por donde se fue entibiando: el camino de las cosas pequeñas, sin esperar las grandes aparatosidades. Camino tremendo, si no fuese Cristo delante.

Dios

La tibieza no tiene otra solución que Dios mismo. Es decir, sólo la gracia de Dios nos hará salir de ella; Dios deberá iluminar la mente al dirigido hasta darse cuenta de cómo está. La esencia de la tibieza y su gravedad consiste en que el alma se encuentra cómoda consigo misma, no quiere cambiar. “Si todo va estupendamente, ¿Para qué arriesgarse a lo desconocido? ¿Para qué luchar?”.


Si el orientador ve al dirigido camino de la tibieza, deberá esforzarse por lograr del alma una oración pidiéndole a Dios salir de ella. ¿Cómo lograr esto si el orientado no entiende fundamentalmente qué es una persona tibia? El orientador debe orar, sacrificarse y motivar al dirigido pidiendo a Dios le abra la inteligencia para comprender que existen estados de vida espiritual más perfectos, más bellos, más hermosos. No podemos perder la esperanza en la misericordia de Dios.

Volver a amar como se amó.


Cuestionar al dirigido sobre cómo podrían ir mejor las cosas; ayudarle a redescubrir aquel amor de los inicios, por ejemplo, de su vida matrimonial, e irle proponiendo metas nuevas en su relación conyugal, en la vida apostólica, en la vida de oración, en la vida de entrega a los demás...


Propongamos pequeñas metas para lograr de ese amor, que no ha muerto, un nuevo comienzo, un volver a arder como una llama, incendiando a ese corazón nuevamente. Recordarle con la Sagrada Escritura: "Date cuenta, pues, de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera." (Apoc 2,5).

Vida de oración y una vida ordenada según una escala de valores cristianos.


Al alma tibia se le recomienda una vida de oración y de sacramentos más asidua para lograr encontrarse realmente con Dios, y así Dios le pueda quitar esa venda que le impide ver con claridad.


Finalmente, las personas tibias necesitan llevar una vida más ordenada, priorizada según una escala de valores cristianos. Se debe volver a educar a esta alma haciéndole ver cómo en la vida hay muchas cosas, pero unas tienen más importancia respecto a otras; esta constatación exige una recuperación de los valores, alterados o cambiados por la tibieza. No tengamos temor a exigir algún tipo de sacrificio, porque uno de los síntomas de la mediocridad lo constituye el horror al sacrificio. Que sacrifique parte del descanso, distracciones, gustos, aunque sean legítimos, para fortalecer la voluntad.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Himno de la Jornada Mundial de la Juventud 2011

Estrenada la “banda sonora de la JMJ” ante millares de jóvenes

Firmes en la fe se ha estrenado en la vigilia de la fiesta de la Virgen de la Almudena
Letra: Mons. César Franco
Música: P. Enrique Vázquez

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Estribillo: Firmes en la fe, fi rmes en la fe
caminamos en Cristo, nuestro Amigo, nuestro Señor.
¡Gloria siempre a Él! ¡Gloria siempre a Él!
Caminamos en Cristo fi rmes en la fe.

Estrofas:
1. Tu amor nos edifica y nos arraiga,
tu cruz nos consolida y fortalece.
Tu carne nos redime y nos abraza,
tu sangre nos renueva y nos embriaga.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!
2. Tus manos acarician nuestras llagas,
tus ojos purifi can la mirada.
Tus labios comunican mil perdones,
tus pies nos encaminan a la vida.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!
3. Tu aliento es el Soplo de lo Alto,
tu risa es el signo de la gracia.
Tus llagas son amores encendidos,
tus penas son el precio de mi alma.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!
4. Tu rostro es el icono de la Vida,
tu frente es nuestra luz resucitada.
Tu muerte es la causa de mi vida,
bautismo de mi carne en en ti salvada..
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!
5. Tu gloria es el futuro de los hombres,
que marchan con impulsos de tu gracia.
Tu Iglesia es la casa de mil puertas
encima de tu piedra edifi cada.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!
6. Tus jóvenes caminan con María,
que canta como novia engalanada.
Con ella cantaremos tu victoria,
la muerte ha sido ya aniquilada.
Oh, Cristo, nuestro Hermano,
oh, Cristo, nuestro Amigo,
nuestro Señor.
¡Haznos firmes en ti!

Fuente: Cancao Nova

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cantar es servir

Las veces que me encuentro en descanso suelo ver en la televisión lo que está sucediendo alrededor del mundo. En varias ocasiones alcancé ver en canales de música a famosos (y no tan famosos) rockeros y cantantes que luego de cada concierto, más de una veintena de personas le rodean para: secarle el sudor, protegerle de otros fans, suministrarle agua y alimentos, quitar fotografías, hacerle entrevistas, entre otras cosas; lo más gracioso de todo es que esta persona no da una señal de respuesta, sino simplemente camina seria hacia el camerino. Ahora bien, traslado esta realidad del mundo a la nuestra, cantantes.

Empiezo diciendo que somos personas que tenemos la Gracia de ser ministros de música no porque lo tenemos sino porque Dios nos lo prestó; no es “mi ministerio” sino “el ministerio de música que Dios me prestó“.

“Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se EXIGE de los administradores es que sean fieles” (1 Cor. 4,1-2)

Comúnmente, el puesto de un administrador (en lo que al mundo se refiere) es un trabajo que se da sólo a aquellos quienes tienen un perfil apto para asumir talresponsabilidad. Dios da este trabajo a quienes Él desea, y aquellas personas para mantener este trabajo deben cumplir una exigencia como dice la Palabra: “lo que se exige de los administradores es que sean fieles“.

Me detengo en la palabra “fieles“…¿como ser fiel en lo poco que Dios me dio? la Palabra misma da su respuesta en el verso 1: “nos tengan los hombres como servidores”; debo ser una persona que sirva y dé todo se sí mismo para el hermano, como dice en el verso 12 “Nos fatigamos trabajando con nuestras manos“. Antes de cualquier palabra dicha a través del canto debo ser por delante servidor de todos; debo amar, soportar, bendecir, adorar, ayudar, debo ser el primero en llegar y el último en salir. Esto no es nada fácil, significa muchas renuncias, sudor y lágrimas, pero justamente en eso consiste el tema de esta discusión: he ahí el soporte principal de la palabra “fiel” para lo que dice S. Pablo.

Finalmente, la promesa más grande que promete Dios para los ministros-cantantes que son fieles y saben administrar Su música está en el verso 5b: ”Él iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones“…tener en la boca palabras de sanación, cura, liberación, avivamiento y resurrección en el preciso instante que se está cantando.

¡Ánimo y adelante!

Fernando Ugarte
Fuente: Canción Nueva

lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Quién eres tú para criticar el servicio del otro?

Hace unos días me encontré hablando con un joven que se encontraba muy molesto por la actitud de muchos grupos de música católica de una ciudad en particular, a causa de que muchos de ellos tocan nada más por conseguir fama y reconocimiento de las personas: “algunos ya se encuentran hace más de 5 años tocando las mismas músicas y además los mismos repertorios” me comentó ofuscado y resignado. En base a una gran cantidad de críticas y reproches hacia esas bandas, me consultó cuál era mi punto de vista sobre esto.

En aquel instante abrí la Palabra (me encontraba realizando el estudio bíblico sobre ese capítulo) en Romanos 14,4 : “¿Quién eres tú para criticar al servidor de otro? Si él se mantiene firme o cae, es cosa que incumbe a su dueño, pero se mantendrá firme porque el Señor es poderoso para sostenerlo.“. Luego de leerlo pasé la Palabra a este joven amigo mío, y lo volvió a leer.

Varias veces me sucedió que estando en conciertos de música católica dije “¿en que momento harán alguna Adoración al Santísimo? ¿en que momento predicarán con la Palabra de Dios?” y todas aquellas veces puse prejuicios sobre las personas mismas, incluso sabiendo que tipo de vida estaba llevando; pero no me fijé en otro punto de vista, y la Palabra me lo aclaró: ¿quién soy yo para no confiar en que Dios hará milagros en aquel grupo y a otras personas a través de ellos? No soy nadie, absolutamente nadie…todo lo que proviene de Dios se mantiene, y todo lo que no le pertenece desaparece, como lo dice Santiago 1,9-11: “Que el hermano de condición humilde se gloríe en su exaltación; y el rico, en su humillación, porque pasará como flor de hierba: sale el sol con fuerza y seca la hierba y su flor cae y se pierde su hermosa apariencia; así también el rico se marchitará en sus proyectos.”. Para terminar con la conversación, le dije que si aquellos grupos aún se encontraban de pie, era sólo porque Dios así lo quería; ¿quién es Él para no cumplir con lo que está escrito?.

Ahora bien, acertamos en saber que si existe preocupación en una persona sobre algo, es señal que existe un amor profundo sobre aquello…este amigo mío tenía un celo muy grande por la música católica y también un fuerte amor a la evangelización. Le comenté que si el veía a aquellos grupos haciendo o cantando cosas que no son buenas para que otros crean en Dios, pues es ahí donde debe orar y adorar más, mucho más, por aquellas personas; debe juntar a sus amigos músicos católicos para hacer una Adoración alSantísimo o bien simplemente rezar el Rosario todos los días…ahí se estarán convirtiendo en canal de Gracia y conversión no sólo para aquellas bandas sino también para todos los que les rodean.

Si eres ministro de música católica nunca dudes de esto: Dios utiliza de las personas que Él desea para poder realizar sus cometidos de conversión; tal vez se encuentren errantes, pero es ahí donde entra tu trabajo: orar, adorar y bendecir por los que no oran, no adoran y no bendicen. Ánimo!

Fernando Ugarte
Canción Nueva - Paraguay


Fuente: Cancion Nueva