jueves, 18 de noviembre de 2010

Miedo ¿por qué?

Coraje no significa ausencia de miedo

¿Quién nunca ha sentido miedo, algún día en la vida?

Cuando somos niños generalmente tenemos miedo de la oscuridad. Ya en la adolescencia, sentimos miedos y expresamos la timidez, que no traemos cuando estamos fuera de nuestro círculo de amigos. En la juventud, viene la inseguridad sobre el futuro, de los desafíos de la vida, de las inseguridad del trabajo, en la afectividad. En la edad adulta tenemos miedo de no ser acepto, de la soledad, de la vejez, la enfermedad, de la muerte y muchas otras cosas. Es decir en cualquier etapa de la vida, tenemos siempre la compañía de este sentimiento fuerte que nos lleva donde nunca imaginamos que iríamos. “Porque , vivir ya es correr el riesgo”… dice el poeta.

Pero, ¿qué hacer con el miedo? ¿Cómo eliminarlo para que tengamos la coraje de enfrentar los riesgos, de correr el peligro y vencer en la vida? Esta puede ser tu pregunta, como ya ha sido la miá, hasta que descubría lo que comparto: ¡No debemos eliminar el miedo!

El escritor y promotor del marketing Paulo Angelim aconseja: “ Desconfia de todas las veces que estés a punto de tomar una gran decisión, y no sientas ningún miedo en tomarla”

Y explicó porque: “Sin miedo, la fuerza que te empuja spor encima del peligro no sería el coraje, y sin la temeridad que significa osadía excesiva o imprudencia. Eso es insensatez. El miedo es un estado afectivo, es un sentimiento. Cuando lo sentimos, es porque pensamos. Y eso es bueno, porque el miedo no se da porque existe amenaza, o riesgo, sino que dudamos de estar o no adecuadamente preparados para combatir o asumir las consecuencias que elegimos. Eso es prudencia. Entonces llegamos al punto : Prudencia. Tienes que saber que el miedo es componente integral de los que son prudentes. Prudente es el cauteloso, sensato. Y si tener prudencia es una virtud, y si prudencia es consecuencia del miedo, vive el miedo, no puedes eliminarlo”

¡Comprendo que debemos ser osados y prudentes! Es decir, alguien que toma decisiones, avanza sobre los riesgos, pero consciente y preparado para enfrentar las consecuencias.

¡Es necesario coraje! Sin embargo, ya hemos aprendido que coraje no significa ausencia de miedo, sino la firmeza para enfrentar el peligro a pesar de los sentimientos.

Así que, si tú sientes miedo en el momento de decidir, ten también el coraje de arriesgar y, recuerda que el propio Dios a través de su Palabra nos llama a confiar y actuar: “Él que confía en el Señor es como el monte de Sión, nada le puede tambalear, porque es firme para siempre”.

Lo mejor es hacer las paces con el miedo y sacar un buen provecho de la inspiración que este sentimiento nos trae. ¡Que Dios nos ayude!

Dijanira Silva

Fuente: Comunidad Canción Nueva

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