lunes, 17 de enero de 2011

Soló el amor redime y salva

El amor vivido, en cada momento de nuestra vida, purifica nuestra mirada, y empezamos ver las personas como ellas son y como Jesús las ve. Nuestras simpatías y antipatías no pueden determinar nuestro amor por las personas; por el contrario, en todas las circunstancias, debemos preguntarnos: “¿Como Jesús ve esta persona?

Dios es amor y su mandamiento es que nos amemos como Él nos ama. “El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay en él causa de tropiezo” (I Jn 2,10).

Amar no es fácil, pero de nuestra parte necesitamos tomar una decisión de vivir el mandamiento del amor, que el Señor nos ha dado, en la seguridad de que la gracia del Alto está sobre nosotros.

¡Jesús en Vos confió!

Fuente: Canción Nueva.

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